lunes, 20 de diciembre de 2010
Sandro Rosell ha roto con esta medida una de las mejores señas de identidad del Barça: era el único equipo al que no le patrocinaba ninguna marca comercial. Unicef no tenía un contrato comercial. Más bien era el Barça el que pagaba un millón y medio de euros por llevar el logotipo de la ONG. Eso sí, Unicef ese dinero lo destinaba a proyectos humanitarios. Parece ser que la crisis hace mella y que Laporta dejó muchos agujeros. Aún así Sandro Rosell ha roto una generación, un estilo. El Barça necesita llenar las arcas y contrarrestar nefastos fichajes como el de Ibrahimovic o Dmitro Chigrinski. Por eso ambas marcas lucirán en la nueva camiseta del Barça, y si alguna tiene que destacar será la de Qatar ya que así se ha firmado en el acuerdo.
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Quiero dejar constancia que, ante todo, el Barça es una empresa (deportiva sí, pero empresa), y para que funcione bien una empresa debe generar ingresos.
Me parece bien la labor humanitaria del equipo con Unicef, pero si queremos los aficionados seguir disfrutando de buen fútbol, prefiero que se combinen ambas marcas para poder seguir haciendo fichajes.
Por cierto, si quieres acceder a Delirium Tremens, ha cambiado de dirección, y ahora se entra así: http://tremensblog.blogspot.com/
Un abrazo.